Lunes 10 de mayo del 2007.
Querida mamá:
Hoy amaneció un hermoso día. Hay un sol pleno y radiante. La víspera soñé contigo: me llevabas de la mano, caminábamos por un parque de algodón de azucar color rosa. No sabes cuánto te extraño. Tu vieja silla rechina agónica desde que no estás, suspira con el eco de tu risa, mecida por la pena de tu ausencia. Áún recuerdo con lacerante dolor el día que te fuíste. Desde entonces odio las ferias. ¿Te acuerdas mamá, de la alegría con que esperabas la fiesta patronal del pueblo? Era entonces cuando sacabas tu mesita y te ponías a vender elotes, frituras y huevos rellenos de confeti. Las calles se llenaban de serpentinas y globos de mil colores; todo era alegría y la dicha enternecía corazones. Fué por la noche cuando pasó el trágico accidente. La banda empezaba a tocar ya y en lo alto, el cielo se estremecía de súbito con el estallido de fuegos artificiales,para después galardonarse con un´vívido arco iris. Tú, en casa, ponías tabiques y piedras a nuestro tejado de cartón para evitar que el viento se lo lleváse. Yo sólo oí un grito que poco a poco fué atenuándose hasta convertirse en un suave gemido que desapareció lentamente, silencioso. Al verte, tirada en el suelo, con la cara sumida en el pecho y flotando en un charco de sangre, supe que te habías roto el cuello. Aterrado, dí algunos pasos y quedé estupefacto al oír el chasquido de mis pies al caminar en el carmín líquido, mi sangre se heló y yo me sentía morir. Salí corriendo en busca de ayuda. Trastornado por un vaho de pánico y dolor, corrí como loco hasta llegar a la plaza principal, donde la fiesta estaba en todo su esplendor. Recuerdo como trepé una barda y ggrité hasta que mi garganta sangró: "¡Auxílio, por amor de Dios! ¡Mamá ha caído, ha sido un fatal accidente! ¡Se los ruego, ayuda por favor!" y después caí de rodillas ahogado en llanto. La banda dejó de tocar y la algarabía cesó. Se oyeron murmullos: "bendito sea Dios" y "Alabado sea el señor". Todo mundo estaba atónito, como no creyéndolo, incluso parecía como si el conejo en la luna hubiése parado una oreja para escuchar mejor. Todo continuó así hasta que un borracho con olor a vómito y orines, con estrellitas azules tatuadas en su estómago, cruzó la plaza acalorado gritando "¡Dios sí existe!". Después, como regresando de un milenario coma, la alegría retornó y se multiplicó exponencialmente. Hubieron abrazos, felicitaciones y reconciliaciones, descorché de botellas por doquier y en todos lados brindaban eufóricos de felicidad. Estaban tan contentos que hasta daba envidia tal espectáculo... Como los odio. Hoy también intentaron quemar la casa pero...
¡Ah! Mamá, ¿qué crees? ¡ya puedo escribir con la mano izquierda! Perdona que te hable de éstas tonterías, pero deberías ver que bien lo hago. La derecha nomás no se pudo componer. Fuí con el huesero, con Don Gerardo, sí mamí, al que le dicen el Changuito, y el muy estúpido me dijo que debió haber sido un accidente muy fuerte, que no se qué tanto había rotot y que de suerte conservo la mano. Yo salí corriendo, indignado y gritando que la educación que nos diste no era ningún accidente, ¿qué acaso nadie entiende tu amor eviterno?
Por aquí todo está igual mamá, aunque últimamente tu par de hijitas están en un plan muy altanero. Ahora me vienen con la perorata de que últimamente estan flojos los clientes, que ahora las prefieren güeras, perfumadas y con encajes de seda y no se que tanto más. Yo ya las he zurrado a las dos, y les he advertido que si mañana no llegan con dinero, mmm bueno, no te lo puedo decir mamá, pero te aseguro que tu estarías orgullosa y también harías lo mismo. ¿Qué se creen ese par de flojas, qué van a desprestigiar nuestro apellido? ¿Después del ejemplo que les diste?...
Hoy te llevé flores al panteón, unas gardenias, como las que solías meter entre tu pecho y con las que adornabas tu cabello. El cementerio está tan desolado, las criptas tan tristes, que uná aguda melancolía me ha atrapado y no he podido contener las lágrimas. Busqué mucho tiempo tu tumba, pero no la encontré, quién sabe dónde te habrán puesto esos desgraciados... por lo que esparcí pétalo por pétalo en todo el panteón, por si te hallabas regada por ahí, en algún lugar. Bajo el rosal del fondo, al lado de la capilla, te dejo una botella de aguarrás, de tu favorito. Esta carta se la doy al viento. Quizá el si te encuentre.
Con amor,
Toñito.
Pd: ¿recuerdas a los tipos de la calle de al lado que decías que eran sexis, simpáticos, divertidos, carismáticos, cultos y desgraciadamente millonarios? pues están haciedo un Blog, ¿tienen internet allá bajo?
E.
(Adaptación del orignilal publicado en febrero del 2006 en Ciudad Universitaria, en la antología: "VIII Festival de Día de Muertos, trabajos ganadores.", firmado y escrito por un servidor.)
2 comentarios:
lei el original y sigo pensando que no debiste haberlo subido, tus lectores no lo entenderan
...y no te digo quien soy.
EXELENTE!!!
Me encanto...
Es realmente bueno, wow, me he quedado sin palabras...
No me resta mas que decir, ahora si con toda sinceridad, FELICIDADES...
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