Charlando con Juangas.

-¿Entonces si no hay dinero no hablas?
-Pues sí. He dejado de confiar en los hombres.
-Eso se oyó muy gay Juangas, no me vayas a salir distorcionado.
-¿O sea que no lo sabes?
-¡Qué cínico!, aparte de puto, cínico.
-¡No! puto no. Femenino.
-Mierda, ahora si ya me jodiste.
-Vamos chiquillo, no te sonrojes.
-Vete al diablo.
-Pero entonces, ¿dices que escribes?
-No, sólo medio arreglo pedacitos de ideas que flotan en mi locura.
-¿Locura? Sobran razones para estarlo. Pero cuando descubres que todo vale la mitad de lo que cuesta dejas de darle importancia.
-Eso lo dices por que eres un viejo cuarentón, desilusionado y puto.
-Y dale...
-Lo siento. Pero es que no me gusta hablar de temas que me trauman. Primero mi locura, luego las edecanes de discotecas.
-¿Quién coño mencionó eso?
-Ya vez, te dije que no hablásemos de coños.
-Jaja.
-Pero bueno, ¿me darás la entrevista?
-¿Me darás el dinero?
-Carajo, ¿es que necesito flirtear un poco más?
-Jajaja
-Pero enserio, cuenta, para The Chalco Magazine, pincelazos de tu historia.
-¿Te refieres a algo así como una biografía? me siento halagado.
-No, al diablo, no lo creas, ¿ahora resulta que eres un héroe local? ¿una leyenda urbana? ¿un seráfico mito? pues no, sólo un especimen más de nuestro blog.
-Pues sabes qué, vas a ch...
-No te pongas así, ¿y ahora por qué la lágrima?
-Idiota, que pregunta más estúpida. Sabes que, déjame en paz. ¡Lárgate ya!
-Mira, olvidemos esto. Tú me lo cuentas todo y yo te doy el dinero.
-¿Por qué me tomas? ¿Por una puta?
-Pues no del todo, aún no se si puta o simplemente loca.
-¿Te burlas?
-Estoy bromeando, no te enfades, es sólo que si no hago bromas estúpidas van a notar lo realmente estúpido que soy.
-...
-Pero no se hable más, yo me retracto de todo y tú...
-Y yo...
-Me cuéntas tus más cagadas e irreverentes anécdotas ¿va?
-mmm, vale, pero... no creas que te voy a hacer un descuento eh.

[Y junto al claxón de un taxi, los billetes surgieron y los cigarros se encendieron. A varios kilómetros un niño lloraba, un gordo político con sus estrías fuera de control estaba por encender un porro y quizá cantaba un gallo después de tirarse a un puñado de gallinas. Sin embargo, lo único cierto era que, The Chalco Magazine, estaba por conseguir su próxima historia.]

E.