Liz:
¡Son ya 20 años! Hoy los cumplo y sigo aquí, sentado en la azotea esperando que aparezca el rubor del amanecer. Llevamos un año viviendo juntos y no ha pasado nada. Sigo siendo el que ríe mientras duerme, el que husmea cada noche las silenciosas moradas del pasado y piensa al mediodía la forma de secuestrar un camión de helados. Sigo siendo el que, cuando no tiene oportuidad de oler tu cabello, se pone a darle vueltas al sencillo asunto del amor.
Apenas hoy el caótico torbellino de lo cotidiano y lo común desató la catarsis. No me puedo quedar aquí. Por eso parto en cuanto termine de escribir esto. Aquí se la pasaba uno requetebien. No eran necesarios los seis meses de embarazo ni tu papá con su esccopeta para traerme. Pero apenas hoy descubro que no me puedo quedar aquí. Son ya 20 años de entregarme a la locura, es momento de enfrentarla.
Locura, sigilo, ansiedad de noche,
y la luna de cal
fría
blanca
que solloza
y gime en las nubes
gemidos
que suenan a hecatombe
Hacía tiempo que ya no te oía. Te miraba y sólo eras un gesto de carne sin sentido. Creo que todo está carente de sentido por aquí. Aunque extrañaré las enchiladas que me preparábas y servias en la cama todos los sábados muy tempranito.
Y cómo no extrañar tu pecho izquierdo, mi favorito,
aquél que mordía justo debajo de la rosada areola,
que olía a melón,
a mazapán,
a turquesa,
a viernes por la tarde.
Y cómo olvidar los días de insomnio...
los floreros rotos,
la sábana empapada de sudor,
las torcidas patas de la cama,
los golpes con la escoba de los vecinos del piso de abajo,
y los seis sgundos al final en que ya nada tenía importancia.
Pero bahhh, eso no es la gran cosa. Los sacerdotes follan,
los vendedores de discos formato normal del metro follan,
los voladores de Papantla follan.
Son ya 20 y necesito algo nuevo. Nada más nos une. Empiezo a sospechar que el embarazo fué fingido. Por que, hace un año tenías seis meses, y todavía no sale el condenado muchacho. A menos de que esperes gemelos que justifiquen los dieciocho meses, no encuentro mejor explicación al problema. Y eso que he pasado los días dándote oxitocina, bailando la danza del "sal cabrón sal", y leyéndole cuentos a tu vientre sobre superación personal y sobre la importancia de dar el siguiente paso. No me atrevería a pensar que todo fué una sucia mentira, tu papá tiene un argumento demasiado persuasivo para que piense eso.
Sin embargo, mi ruina es el unico secreto que sé guardar.
Espero verte algún día. Bueno, no tomes en serio mis esperanzas. Hazle llegar a tu papá mis más sinceras disculpas, dile que solo queria darle una palmadita de despedida, no fué mi intención dejarle caer la olla exprés en la cabeza. También dile a tu hermana que siento lo del sostén pero llevaba un poco de prisa. Tomé prestados tus ahorros. Pensaba dejarte esta nota en el espejo del ropero, o en el refrigerador. Pero mejor te doy una sorpresa. Por eso lo dejo aquí bambaleante en el tubo del papel higiénico. Ya quiero ver tu cara, va a pasar de colorada a blanca.
En fin, con amor...
Neto.
"Empezaba un nuevo día, el cielo estaba nublado y las calles enlodadas, y soplaba el viento del noroeste. Una sombra cruzaba el Puente Rojo y se acercaba a la autopista, del lado que lleva a Puebla. Mochila al hombro y abrigo verde, parecía del tipo de hombres con la cordura bamboleándose en un pararrayos. Era una mañana de Julio y el olor de los carros de tamales empezaba a mezclarse con la suave plaga del desamor."
E.
1 comentario:
Me encanto! no se como lo haces pero no dejo de leer tu monologo-notita. Besos.
Publicar un comentario