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Susurros de Chalco...

jueves, 2 de agosto de 2007

No bailes.

Aquella noche solo quería bailar…
…Cuando era pequeño leí un cuento que decía que tenia que bailar para no morir, en ese momento me sonó tannnn raro, pero cuando me hizo falta no dude en hacerlo, la noche era pronta y sentía que la albor del día me alcanzaba y todavía no dejaba de bailar, me movía de aquí a la esquina de la cama sin respirar y ya muy agitado, solo trataba de no morir, el espejo de mi closet se movía entre ondas que me hacían llegar la vista de la catacumba a la que llegaba, no era muy risible que digamos pero yo quería seguir aquí, vivían miles de pretextos para que abandonara este baile tan loco y dejara que me chupara la cama y devorara todo, pero el sentimiento que provocaba el bailar era tan placentero que llevaba a mi mente a lugares que me hacían ver toda mi vida, observaba desde el momento en que mi padre me llevaba a la escuela en su bicicleta vagabundo y como me daba aquel beso en la frente, el cual me picaba demasiado, era tan recia su barba que me daba muchísima comezón (cosa que había olvidado por completo). Aquel instante en el que me encontraba bailando sobre la cama hizo que recordara todas las cosas olvidadas (no era para menos, el hecho de saber que la muerte estaba a la vuelta de la noche hacia que por lo menos esto fuera lo mas agradable posible); el bailar provocaba que mi mente dejara de frustrarse y que lo único que fuera era ver lo mas bello de la vida y que me diera el animo suficiente para seguir bailando sin parar, sentía que iba a Marte en el cohete espacial de madera que construí cuando tenia dieciséis años, en ese instante el cohete me llevaba a dar la vuelta a la cuadra donde vivía y tomaba impulso en el lugar del accidente, de ahí para Marte, en el momento del viaje veía cempasúchil y espirales de todos los colores, incluso veía los colores que no existían y que yo los bautizaba con el nombre que quisiera, el mas asombroso y decoroso era el selor, era el mas digno de mi respeto y mi asombro ya que en el momento del viaje provoco todas las sensaciones, desde la efusión mas baja hasta la efusión mas escalofriante y feliz de mi existencia, el solo hecho de verlo era genial; dentro el espacio profundo y oscuro en el cual solo se veía una luz blanca y celosa, trate de salir y tomar aquel color que me hizo sentir feliz, pero en el intento, un brazo se desprendió de mi (eso no importaba, el simple hecho de mirar aquel color tan radiante hacia que el dolor de mi brazo se me olvidara), y al segundo intento logre tomar un poco de el, un poco que logro convencerme al por mayor y sentir que todo estaba bien, logre sentirlo, beberlo, acariciarlo, olerlo y lo mejor era al mirar. Nada me impedía ya regresar a mi cama y dejar de bailar, lo agitado se olvido y por fin logre respirar, acomode mi almohadilla me tape con las sabanas y me acurruque entre ellas. Al momento de abrir la primera pestaña vi gente alrededor de mí con lágrimas en las mejillas y llantos espeluznantes, salí y camine, tome el primer autobús y lleve conmigo a selor.
Ton.

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