-Si el loco no es libre se debe a que está encadenado completamente a sus pasiones y temores, perdiendo así la batalla contra el destino; y su carácter, lejos de ayudarlo, participó en su encierro. Por lo tanto, puedo afirmar que su razón no fue arma suficiente para combatir contra el dominio de la parte perjudicial de sí mismo: se le escapó la armonía.
-¿Pero cuántos son capaces de mantener dicha armonía en esta realidad sin sucumbir por lo menos a la neurosis?
-Los seres superiores, aquellos de quien habla la vieja leyenda, lograron tremenda proeza aún en tiempos de guerras, hambre, orfandad y enfermedad. Se cuenta que eran capaces no sólo de conocerse a sí mismos, sino de actuar en consecuencia, pues los alumbraba la virtud.
-¿Y aún habrá algún hombre como aquellos?
-¡Imposible! Porque su naturaleza no era humana sino divina.
-¿Pero cuántos son capaces de mantener dicha armonía en esta realidad sin sucumbir por lo menos a la neurosis?
-Los seres superiores, aquellos de quien habla la vieja leyenda, lograron tremenda proeza aún en tiempos de guerras, hambre, orfandad y enfermedad. Se cuenta que eran capaces no sólo de conocerse a sí mismos, sino de actuar en consecuencia, pues los alumbraba la virtud.
-¿Y aún habrá algún hombre como aquellos?
-¡Imposible! Porque su naturaleza no era humana sino divina.
Daniel Cisneros
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