• Si en el sabio depositaras tu libertad exigiéndole preceptos unívocos que guíen tu camino, seria su muerte. El sabio vive no por servirte en la mesa el mejor platillo: no le interesa encadenar; sino por presentarte la carta de un variado buffet que, si es necesario, te invita antes a probar. De ti depende que elijas lo que compondrá tu platillo. Por lo tanto, es mejor que actives la agudeza y el paladar, pues el sabio sabe como surcar a la muerte.
• Sólo el hombre que se ha refugiado en su propia cueva para explorarla ha podido descubrir el prisma que lo refleja como ángel y demonio y, por lo tanto, emerge hacia el otro con la boca pletórica de salmos.
• Sólo quien ha odiado todo es capaz de amarlo todo.
• El sótano oscuro de la soledad, vista con ojos de sol, deslumbra.

Daniel Cisneros.